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    Una nueva tribuna: el metaverso

    En definitiva uno de los nuevos espacios para hacer periodismo realmente inmersivo es el famoso “metaverso”. Este concepto cobró especial relevancia y protagonismo a partir de 2021 como consecuencia de la irrupción de los ‘token no fungibles’ (NFT), el crecimiento de las criptomonedas, el proyecto de mundo virtual de Epic Games (Fortnite) o los cambios estructurales emprendidos por Facebook para ampliar sus esfuerzos virtuales, ahora bajo la denominación de “Meta”. Asimismo, la pandemia precipitó la alfabetización digital a escala global como consecuencia de los confinamientos sociales más radicales, favoreciendo así el desarrollo de nuevas alternativas para la comunicación en internet.

    Para el doctor en comunicación, Pavel Sidorenko, un entorno digital interconectado tendrá la categoría de universo virtual, y por tanto de Metaverso, si procura los siguientes tres elementos básicos:

    ‒ Interactividad: que se pueda acceder de forma remota y estar abierto a todos los usuarios que puedan o desean conectarse a él de manera simultánea. En este contexto las acciones y decisiones de los usuarios pueden afectar a otros usuarios.

    ‒ Corporeidad: los usuarios acceden al programa a través de una interfaz que simula un entorno físico en primera persona mediante un avatar (personalizables en apariencia según gusto de cada usuario). Esta ambientación generalmente está regida por las leyes naturales de la Tierra y suele imperar una disposición limitada de recursos.

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    ‒ Persistencia: el programa continúa su ejecución independientemente de los usuarios que estén “en línea” o desconectados, recordando siempre su última ubicación, así como las propiedades de los objetos en función de las diversas interacciones con ellos.

    El experto en comunicación Alberto Rodríguez considera que en la actualidad todavía no existe un verdadero metaverso, sino sólo espacios virtuales donde se interactúa con avatares y se pueden comprar parcelas digitales y ser copropietario. Señala que por el momento estamos ante un proto-metaverso, porque hasta que todos esos espacios virtuales no estén interconectados entre ellos no se puede decir que existe un metaverso.

    Pero la pregunta es: ¿cómo afectará o ayudará la llegada del metaverso al periodismo?

    Más en: reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/es/periodismo-medios-y-tecnologia-tendencias-y-predicciones-para-2023

    Hoy en día ya hay una serie de rutinas laborales que hace pocos años parecían impensables, como encuentros informativos por Zoom y ruedas de prensa virtuales a través de Google Teams, actividades a las que el metaverso llevará a un nivel superior. Pero no solo será posible lanzar periodistas a que cubran o informen desde el mundo digital, sino que podrían crearse toda una serie de medios evolucionados. Por ejemplo, un usuario en el metaverso podría encontrarse un periódico, leerlo, compartirlo con otras personas en ese universo y obtener un valor diferente al del mundo real: imágenes en 3D, acceso virtual a los países o regiones en los que se desarrolla la noticia, etc.

    Ya se dieron los primeros pasos de adaptación de los medios de comunicación a este mundo. En España, El Economista se lanzó a crear una corresponsalía en el metaverso, para informar desde este espacio virtual y acercarse a los nuevos espacios. También agencias tan importantes como Reuters se abren paso creando canales informativos en este universo para informar sobre algunos videojuegos importantes, al igual que la BBC.

    Una de las incógnitas que el futuro cercano deberá esclarecer es la ubicación de los medios de comunicación en este metaverso. Actualmente todo está en pañales, pero parece que la tendencia será comprar suelos virtuales sectoriales donde se aglutinen las sedes virtuales de los medios. Ya existen varias plataformas donde las empresas están invirtiendo grandes sumas de dinero en la adquisición de estos terrenos virtuales. Una de las plataformas más populares es Decentraland, un metaverso de origen argentino que actualmente ya tiene un valor de mercado de casi $6.000 millones, donde se pueden encontrar parcelas virtuales más caras que apartamentos en Nueva York.

    Para el periodismo falta mucho camino por recorrer, principalmente de educación para los propios medios informativos. Cuando se generalice el uso de visores de realidad aumentada y auriculares especializados, los periodistas podrán cubrir noticias desde sus casas para evitar el ajetreo de transportarse hasta otras zonas.

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