Aunque el metaverso se presenta como un espacio lleno de oportunidades, también conlleva una serie de retos y desafíos a tener en cuenta. De acuerdo con Micaela Mantegna, abogada de videojuegos y becaria de TED, “el metaverso ya está en llamas y aún no lo hemos construido”. Ella expone que el metaverso está en riesgo de heredar algunos de los peores rasgos del internet, como la vigilancia no controlada.
Su tesis es que el metaverso es el internet y, como tal, va a heredar los peores rasgos de su modelo de negocios actual. Gracias a su acceso directo al cuerpo, los sensores y gafas de realidad virtual pueden extraer una gran cantidad de información involuntaria que no se puede controlar, como la cantidad de latidos del corazón y parpadeos de los ojos. Mantegna advierte que esto se pondrá aún peor con la neurotecnología que permitirá la lectura y modificación del cerebro, “creando un capitalismo de vigilancia cognitiva”.
La abogada señala que si no se quiere que el metaverso se convierta en la mala secuela del internet, se debe arreglar antes de construirlo, entendiendo por qué lo estamos creando, quién puede tomar control sobre él y qué lo hace diferente. Para ella, el ingrediente principal para que el metaverso triunfe es la conexión.
Con el metaverso existen posibles consecuencias éticas y sociales negativas del uso masivo de la tecnología que deben ser tratadas, especialmente por su relación con la inteligencia artificial. Entre los principales retos y desafíos se encuentran:
• Sesgos y discriminación no deseada: los sistemas de inteligencia artificial, basados en los sesgos, podrían dar lugar a una discriminación no deseada de grupos vulnerables, como cuando las personas de color son tratadas de forma diferente a las personas blancas en algunos sistemas judiciales, o cuando las mujeres reciben menos préstamos de los bancos y son menos contratadas por las empresas solo por su género. El metaverso estará lleno de aplicaciones que utilizan la inteligencia artificial para la predicción y la clasificación.
• Privacidad: algunos modelos de negocio explotan la inteligencia artificial para analizar enormes cantidades de datos personales, a veces de forma poco transparente o incluso ilegal. En el metaverso, se espera que este desafío se agrave debido a la creciente oportunidad de registrar cualquier tipo de interacción digital y virtual que implique datos.
• Noticias y videos falsos: con la inteligencia artificial es posible generar automáticamente noticias a partir de algunas palabras clave y videos falsos de personas que dicen cosas que no han dicho, al punto de que este contenido sea difundido por algoritmos de recomendación. En el metaverso, este riesgo se amplifica porque la experiencia inmersiva hace más difícil distinguir entre el contenido real y el falso.
De hecho, un reciente sondeo del instituto Reuters arrojó que sólo el 5% de medios de comunicación encuestados afirma que derivará recursos al metaverso, lo que marca un mayor escepticismo con respecto a su potencial para el periodismo. De acuerdo con la entidad, el despliegue de avatares en este universo ficticio no convencerá a los críticos internos o externos, ni hará que el concepto resulte más relevante para el periodismo.