Escribir textos periodísticos para Internet exige una revisión de los modos habituales de presentar la información, de la estructura textual, del estilo y de las características de la audiencia a los que la interactividad convierte en protagonistas o “prosumidores”, es decir, que de forma simultánea “producen” y “consumen” contenido.
Por ello se hace necesario adaptar el lenguaje a las posibilidades de la nueva situación tecnológica y social, dejando claro desde el primer momento que no estamos ante un modelo definitivo, sino que en un viaje semántico, lingüístico y estilístico cuyo desarrollo depende de la tecnología, de la evolución del periodismo y de la sociedad.
Ahora bien, pese al cambio, hay dos premisas que son ineludibles:
Las publicaciones digitales requieren un lenguaje que asume las características ya conocidas -corrección, concisión, claridad, seducción del receptor, lenguaje de producción colectiva y lenguaje mixto-, pero con el matiz particular de que en los medios digitales el lenguaje no es sólo mixto sino complejo.
La información que nos llega a través de Internet unifica los distintos lenguajes en uno sólo y nos lleva a utilizar de forma simultánea todos los que ya conocemos para producir uno distinto y plural que es unificador y multimedia.